martes, 6 de agosto de 2013

Y en el abismo aprendí a volar. Parte II.

Siempre fuí, por así decirlo, un "bala perdida". No tenía claro que hacer con mi vida. Ante semejante plato de desmotivación todo lo que empezaba lo abandonaba al poco tiempo, sin terminarlo. Iba picoteando de aquí y allá, buscando algo que me llamara la atención. Quizá siempre fuí un emprendedor, y era lo que debía hacer en mi vida para sentirme completo, solo que hasta que no tuve la idea, no me dí cuenta.

El perder mi trabajo al principio de la crisis me haría comenzar un viaje que me llevaría a saber quíen soy y que quiero hacer en la vida.  Al obligarme a volver al punto de partida, sin nada, como recién nacido, me puse en la senda correcta y, aunque lo pasé ciertamente mal, al "perderlo casi todo", a veces, para crear algo sólido, hay que destruir lo debil e inútil y recomenzar desde lo más básico. 

Los siguientes episodios en mi vida desde mi "reinicio" me enseñaron una serie de lecciones imprescidibles para llevar a buen puerto un proyecto, que todo el mundo tildaba de "genialidad", "excelente", "interensante". Esto llevó a un cambió en la percepción de mí mismo: Dejé de sentirme subestimado. Al tener un objetivo, una meta, me convertí en alguien perseverante, luchador, al que no le importaba trabajar veinte horas al día, literalmente. Saqué un ingenio, para solucionar problemas e innovar sobre lo ya establecido, fuera de lo común. Me centré y dejé de dar vueltas sobre mi propio eje para expandir mi camino. Me olvidé del pesimismo y abandoné la depresión en la que me había instalado... y de pronto todo se ajustó, todas las piezas encajaron y, en mi interior, algo comenzó a rodar como nunca lo había hecho...

Durante los meses que me dediqué a desarrollar mi proyecto, aprendí que significaría ser "empresario", aunque nunca lo fui realmente, si ejercí como tal y lo hice bien, porque tras unos cuantos meses, el ayuntamiento me llamó para hacerme una oferta: que mi proyecto se ampliara y me ocupara de los servicios sociales del pueblo. No acepté por la situación económica, ya que nadie me prometía cobrar en un plazo x de tiempo, y ya se sabe que pasó después con los "pagos a proveedores", pero me hizo ver, que mi proyecto era muy viable y, si un ayuntamiento lo consideraba lo suficientemente serio como para ocuparse de los servicios sociales de toda una localidad, era porque había trabajado muy bien y mi idea era sólida.

En el año y medio siguiente, tras la firma del contrato en Barcelona, comencé a trabajar para levantar allí mi proyecto. Constaté unos cuantos avances serios, como que mi banco comenzara a tratarme como una Pyme y que hablaran abiertamente de financiarme,aunque referí guardarme "la bala" de la financiación bancaria y, primero, realizar correctamente el proyecto de empresa, que me diera posibilidades de otras formas de financiación más baratas, como el crowdfunding u otras subvenciones. Aunque una serie de problemas, me hicieron para el proyecto...

Durante mi luna de míel, a primero de año, mi nueva y flamante esposa me presentó a su mejor amiga, que vive en un pueblo no lejano a Frankfurt am Main, por donde pasamos unos días. En un inglés "rústico" pero que me sirve para comunicarme "más o menos", le explicaría, entre otras cosas, mi proyecto de empresa.
Según su opinión, Alemania es un país donde funcionaría bastante bien, por descontado que todo lo relacionado con profesiones sanitarias tiene "tirada" actualmente allí. Trató de persuadirnos para que nos trasladaramos a la localidad, que aprendieramos alemán y nos fueramos allí con ella... mi respuesta fue, que si mi proyecto no salía adelante, aprenderíamos el idioma con el objetivo de mudarnos allí.

Tras unos días de reflexión, tras detener el proyecto, me dí cuenta de que Barcelona tampoco iba a ser el lugar... que podría haberlo sido, pero dada la situación económica, no iba a meterme "en camisa de once varas".

Ayer fue nuestra primera clase de alemán.

En este blog, voy a relatar como será el camino que nos llevará, o no, "plus ultra" de nuestras fronteras, a emprender una nueva vida, esperemos que mejor que la que pretendemos dejar atrás...








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